Ambulancia del Deseo > Noticias  > Deseos  > Mamá, nos vamos a casa.

Mamá, nos vamos a casa.

“Mamá, nos vamos a casa.”
Hemos podido ayudar a una persona y a su familia a cumplir su deseo en Yecla (Murcia). Os dejamos la carta que nos ha escrito Mayte, una de sus hijas.
La vida pasa deprisa y no solemos detenernos a pensar lo importante que es tener a los que quieres cerca. Esta Pandemia creo que nos ha hecho a todos ser más conscientes de ello.
Mi madre sufrió un Ictus grave en nochebuena, necesitaba cuidados especiales y por eso pensamos que la mejor opción era llevarla a una Residencia. Los tres primeros meses pasábamos todo el día allí con ella, apoyándola, dándole mimos, estimulándola. Ella ya lo había hecho lo mismo con nosotros cinco y con mi padre. Ha dedicado toda su vida a la familia.
Y entonces llegó el maldito virus, ese que se ha cebado con los mayores, ese que nos sigue impidiendo besarnos y abrazarnos, ¿Qué hay más humano y más reparador que dar un abrazo? Todavía parece increíble todo lo que nos está cambiado la vida, ¿verdad?
Las visitas se prohibieron, un infierno. Pasó el tiempo, echándola de menos, cada vez más. Tres meses después se reanudaron, pero eran cortas, demasiado cortas, y frías, demasiado frías. Un cristal entre nosotros nos impedía dar ese abrazo que alimentara el alma y que tanto necesitábamos, ella y nosotros. Sus ojos lo decían todo, los nuestros también. Quería volver a casa. Necesitaba volver. Era preciso que volviera, hay poco tiempo. Llamamos a la Fundación ambulancia del deseo, y allí estaban, como siempre, dispuestos a ayudar. En un solo día lo organizaron todo, increíble ¿verdad?
Dos voluntarios de la ambulancia, dos ángeles de verde, la recogieron en la residencia. Que respeto, que apoyo, que empatía….., en estos tiempos donde el “yo” parece ser lo más importante , en los que se “oye” más que se “escucha” que encuentres personas tan generosas que dejan sus “yos” a un lado para ayudar desinteresadamente es increíble, ¿verdad?
Jamás se me olvidara los ojos de mi querida madre cuando nos vio allí a los ángeles de verde y a mí, y le dije: “Mamá, nos vamos a casa”. Y sí, ya está en su casa, en su campo, mirando los arboles por la ventana, repleta de amor y abrazos. Los sueños a veces se cumplen, y es increíble ¿verdad?
Quiero agradecer, de forma muy especial y en nombre de toda mi familia a la Fundación ambulancia del deseo su enorme ayuda, sin vosotros no hubiera sido posible. De hecho ya tenéis una voluntaria nueva, enamorada de este proyecto. También a la Residencia San Isidro de Yecla por haber cuidado tan bien a mi madre, todos y cada uno sois grandes profesionales del cuidado.
Gracias